sábado

Antes de quererte me quería.

Eres.
Eras.

Alimenta tu labia como has alimentado mis ingles, pero no conmigo.

Admitamos, por fin, que ni en tu cabeza ni en tu corazón
tengo cabida. 

Somos la definición de 'problema'.

Yo.
Que como una puta ventisca que lleva sangre drogada de incienso y velitas con olor a fresa, vivencias de mierda, la vergüenza de ser-hu-ma-na, y mis ganitas de querer que me quieran y querer;
llegué a ti
completamente perdida
y manejable.

Tú.
Que comienzas 
y terminas,
como el miedo personificado. 
La inseguridad hecha carne.
El juego hecho hombre.
El hombre hecho deseo,
y el deseo
hecho realidad.
(Y abandono)

No existe sentido para algo que nunca existió.

Y no sé si es pena o alivio.

Sé que ya no tengo ganas,
ni tiempo,
ni voluntad,
ni fuerzas.